El lagoftalmos nocturno, una patología ocular mientras duermes

El lagoftalmos nocturno, una patología ocular mientras duermes

¿Ha oído hablar del lagoftalmos nocturno? La también llamada lagoftalmía nocturna es una patología ocular que afecta mientras duermes, imposibilitando el cierre total de los párpados e impidiendo, también, que los ojos se humedezcan debidamente durante la noche. Esta patología puede llegar a causar problemas graves en la salud ocular del paciente.

El descanso de los ojos es muy importante para nosotros. Y es que nuestro cuerpo y cada parte de él necesitan descansar durante el proceso de sueño para poder garantizar una buena salud. Sin embargo, algunas personas no pueden cerrar completamente los ojos al dormir, y al estar estos expuestos al aire, la lágrima acaba evaporándose y ocasionando problemas en la superficie corneal. 

Pero ¿cuáles son las causas de esta patología?

Puede producirse por distintos factores. Uno de ellos tiene que ver con la inervación de la musculatura encargada de cerrar el ojo. Algunas lesiones en el nervio facial, como por ejemplo una parálisis facial o tumores, obstaculizan una correcta inervación hacia el músculo que se encarga de cerrar los párpados. 

También existe un aspecto mecánico, en el cual algunos factores externos impiden que el párpado se cierre por completo. Las cicatrices en los párpados o en la conjuntiva, por ejemplo, pueden ser factores que obstaculicen el cierre total del ojo; o patologías como el ectropión, la retracción palpebral o los traumatismos. 

¿Cuáles son las consecuencias del lagoftalmos nocturno?

Esta patología puede ocasionar problemas leves, aunque también graves a aquellas personas que la padecen. Así pues, puede causar desde enrojecimiento en los ojos, molestias, visión poco nítida, un lagrimeo constante hasta irritación o infecciones graves oculares.

 ¿Qué tratamientos existen para el lagoftalmos nocturno?

El tratamiento con colirios de lagrima artificial, geles lubricantes o pomadas nocturnas serán la clave para tratar síntomas leves. Para hidratar la zona ocular, es importante también que el paciente realice parpadeos forzados frecuentemente y tapar con parches especiales el ojo. El uso de humidificadores nocturnos también puede mejorar la sintomatología.

Para casos más severos, será necesaria una intervención quirúrgica. La cirugía oculoplástica, cuya técnica dependerá del problema a resolver.  Se suele corregir tanto el descenso como la eversión mejorando la tensión palpebral reanclando el párpado en el reborde del hueso lateral. La eliminación de cicatrices también es importante. 

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