Los defectos refractivos son una de las anomalías más comunes que afectan a la visión de los niños. Entre ellos encontramos la hipermetropía, que actualmente afecta a más del 4% de los pequeños en España. Se trata de una condición en la cual un globo ocular algo más corto de lo normal, ocasiona que la luz que el ojo recibe se enfoque detrás de la retina, provocando la falta de nitidez en la visión de los objetos próximos.
La hipermetropía suele ser hereditaria. Los niños a menudo nacen con esta anomalía, por lo que al principio puede pasar desapercibida. En algunos casos, con el paso tiempo, no se llega a detectar la hipermetropía porque el ojo del niño compensa su mala visión cercana acomodando su cristalino. Esta circunstancia en sí es anómala, ya que el cristalino no debe estar permanentemente efectuando esa función.
En caso de que el cristalino no tuviera la capacidad de compensar el defecto con su acomodación, el niño manifestará su problema de mala visión permanentemente.
Tanto si la graduación se estanca como si sigue aumentando, es muy importante que los padres muestren interés y realicen las revisiones oftalmológicas periódicas, así como ante cualquier signo que pueda ser indicativo de tener nuevamente problemas. Esto es imprescindible para un correcto control evolutivo del defecto refractivo.¿Cómo puede saber si su hijo tiene hipermetropía?
Los niños no suelen ser conscientes de que su visión es defectuosa. Hay ocasiones en que la manifestación inicial del defecto no es la mala visión, lo cual obliga a los padres a estar pendientes de determinados signos asociados a este defecto.
¿Cómo puede saber si su hijo tiene hipermetropía?
Los niños no suelen ser conscientes de que su visión es defectuosa. Hay ocasiones en que la manifestación inicial del defecto no es la mala visión, lo cual obliga a los padres a estar pendientes de determinados signos asociados a este defecto.
Los signos más habituales son:
- Dolor de cabeza
- Fatiga visual
- Enrojecimiento ocular
- Endotropía (es un tipo de estrabismo en que el ojo se desvía hacia dentro)
- Dificultad para leer
- Y, por supuesto, visión borrosa al enfocar objetos de cerca
El tratamiento más frecuente es la corrección óptica mediante gafas graduadas o lentes de contacto (lentillas).
Si la edad del paciente es suficiente y el defecto es estable, también existe la posibilidad de realizar cirugía refractiva con el objetivo de que no tenga la necesidad de depender de elementos externos correctores.
Le recomendamos que, ante cualquier duda sobre la salud visual de sus hijos, acuda a su clínica oftalmológica de confianza. En AIO podemos realizar un diagnóstico temprano y, con un tratamiento adecuado, conseguiremos que el niño tenga una buena visión.
Si está interesado en realizarse una visita con nosotros, no dude en contactarnos. Puede hacerlo en nuestra clínica en c/Numancia, 56-58, bajos 08029 Barcelona o llamándonos al 93 519 36 36. También puede escribirnos a info@aio-oftalmologia.com
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