Quizás alguna vez haya oído hablar de la degeneración macular pero no sepa verdaderamente en qué consiste esta enfermedad.
Como profesionales de la salud ocular, hoy queremos hablarle de una de las causas más frecuentes de pérdida de visión, la degeneración macular asociada a la edad (DMAE).
La DMAE es una enfermedad degenerativa de la zona central de la retina. La mácula, que es como se llama esta zona, está a cargo de nuestra visión fina, observándose en su afectación un deterioro progresivo de las células y del epitelio pigmentario de la retina. Como consecuencia, puede que una actividad tan común como enhebrar una aguja o leer un libro sea muy difícil o imposible.
Existen dos tipo de degeneración macular.
La DMAE seca o atrófica, que es aquella que afecta al 90 % de los pacientes y se caracteriza por una evolución lenta y progresiva, los depósitos que se acumulan en la zona van atrofiando la mácula y hacen que el paciente pierda lentamente visión en la zona central de su campo visual. La pérdida visual es gradualmente progresiva. Normalmente, la visión se pierde de manera central, conservando la visión periférica.
La DMAE húmeda o exudativa, afecta a un 10 % de las personas que sufren esta enfermedad y se caracteriza por el crecimiento de los vasos sanguíneos anómalos debajo de la retina, que acaban filtrando fluidos y sangre a la mácula. La pérdida de visión es rápida y grave.
¿Por qué se produce la DMAE?
La DMAE seca es una enfermedad degenerativa que se origina por el envejecimiento de la zona central de la retina. Los factores de riesgo más importantes son: la edad, el tabaco, la predisposición familiar, la hipertensión y la dislipemia. La formación de depósitos bajo la retina o drusas son frecuentes y cuando crecen en tamaño y número pueden incrementar el riesgo de DMAE.
En la DMAE húmeda hay un crecimiento anómalo de vasos sanguíneos bajo la retina. Para que estos se formen es necesario que exista una sustancia llamada factor de crecimiento endotelial vascular en la zona, la cual está aumentada en estos pacientes.
Los síntomas principales son la pérdida progresiva de la visión central, junto con la visión distorsionada. Las dificultades para leer, escribir y coser son habituales. También hay una pérdida de capacidad para la conducción de vehículos. No obstante se puede caminar sin tropezar y mantener cierto grado de autonomía visual. La afectación no suele ser simétrica, estando normalmente un ojo más afectado que el otro.
La DMAE seca no tiene un tratamiento eficaz, la administración de antioxidantes y complejos vitamínicos suele hacer que la progresión sea más solapada.
La DMAE húmeda se trata con inyecciones intravítreas de antiangiogénicos que tienen como objetivo detener la evolución de los nuevos vasos sanguíneos.
Si siente que está perdiendo visión, le aconsejamos que acuda a nuestra clínica de oftalmología, para que nuestros oftalmólogos puedan hacer un diagnóstico y un tratamiento efectivo. Póngase en las mejores manos.