El glaucoma es una enfermedad ocular que daña el nervio óptico, provocando alteraciones en la visión. Una elevada presión ocular no tiene por qué causar un glaucoma en nuestros ojos, aunque sí que es el factor de riesgo más importante. Por ello, en este artículo le contaremos cómo prevenir la aparición de un glaucoma ocular.
En muchas ocasiones, el glaucoma no presenta signos de advertencia. El deterioro es gradual y el paciente no nota los daños hasta que se encuentra en una etapa avanzada de la enfermedad. Por este motivo, es importante realizar exámenes oculares periódicamente, ya que si se detecta el glaucoma en una etapa temprana, se puede prevenir la pérdida de visión.
Si no se trata, un glaucoma puede llegar a causar ceguera en el paciente a largo plazo. Y es que aproximadamente el 15 % de las personas que sufren esta enfermedad pueden quedarse ciegas de al menos un ojo.
Pero ¿por qué se produce este deterioro ocular? La causa es la lesión en el nervio óptico, normalmente debida al aumento de la presión ocular. El ojo genera internamente un líquido, el humor acuoso, imprescindible para la fisiología ocular. Cuando este no se drena correctamente por la malla trabecular, que se encuentra en el ángulo en el que se unen la córnea y el iris, se retiene en el interior del ojo. La falta de este drenaje es la causa de la acumulación de líquido y el ojo aumenta su presión.
Hay un componente hereditario en esta enfermedad, ya que en los estudios realizados se ha identificado, en algunas personas, genes vinculados con una predisposición a tener elevada la presión ocular.
Síntomas del glaucoma
En el glaucoma de ángulo abierto, el más común, el inicio de la enfermedad es insidioso y no presenta síntomas detectables por el paciente. Únicamente en etapas más avanzadas el paciente experimentará una sintomatología que ya será irreversible: la pérdida de visión y de campo visual, que quedará reducido a la visión central en túnel.
Es el tipo de glaucoma más frecuente. El ángulo de drenaje queda abierto y la malla de drenaje se mantiene bloqueada. Dos hechos que provocan que la presión de manera gradual vaya dañando el nervio óptico.
Por el contrario, en el glaucoma agudo de ángulo cerrado, que es una urgencia oftalmológica, el paciente puede experimentar los siguientes síntomas:
- Dolor ocular intenso Visión borrosa.
- Enrojecimiento en los ojos.
- Dolor de cabeza intenso en la zona posterior.
- Náuseas y vómitos.
- Halos alrededor de las luces.
En este caso, el iris sobresale hacia adelante, estrechando o bloqueando el ángulo de drenaje. Por lo que el líquido no puede circular y la presión aumenta rápidamente
Prevención del glaucoma
La mejor prevención para el glaucoma, ya que la enfermedad no da síntomas hasta fases muy avanzadas, será la revisión oftalmológica periódica. En el caso de tener antecedentes familiares debemos comunicárselos al oftalmólogo, quien nos efectuará las pruebas oportunas para descartarlo. Es importante saber también si tiene alta miopía, diabetes, presión sanguínea elevada, o está en tratamiento con corticoides puede el riesgo de desarrollar un glaucoma es mayor en estos pacientes.
La predisposición anatómica de tener un glaucoma agudo también será detectada por el oftalmólogo en sus visitas periódicas, indicándole que tipo de tratamiento profiláctico debemos efectuar. Por tanto recuerde:
- Realizar exámenes periódicos con su oftalmólogo.
- Informarse de los antecedentes médicos oculares de la familia.
- Si quiere prevenir un glaucoma, póngase en manos de nuestros profesionales. En nuestro centro oftalmológico diagnosticamos y tratamos a nuestros pacientes con aquellos procedimientos médicos y quirúrgicos más adecuados al control de su enfermedad.