Anejos oculares, ¿qué funciones tienen para el aparato ocular?

Anejos oculares, ¿qué funciones tienen para el aparato ocular?

Los anejos oculares están formados por una serie de estructuras que sin ser el globo ocular, son imprescindibles para el buen funcionamiento de todo el aparato ocular. Los podemos dividir en la musculatura extrínseca del ojo, dan movilidad al globo ocular, y el resto: párpados, el aparato lagrimal, las cejas y la conjuntiva son algunos de los anejos oculares, que protejen al globo ocular de elementos externos que lo puedan dañar. 

Los músculos extrínsecos están formados por cuatro músculos rectos, el superior, inferior, el interno y el externo; por dos músculos oblicuos, el superior y el inferior; y por el Músculo Elevador del Párpado Superior. Cada una de ellos tiene su función concreta, mover el globo ocular hacia dentro, o hacia fuera; mover el ojo en una dirección u otra…

¿Qué protección tiene el globo ocular? Encontramos las cejas, que protegen a los ojos de la transpiración de nuestra frente; pestañas, que también preservan los ojos de cualquier elemento externo; conjuntiva, que cubre la parte anterior del ojo; aparato lagrimal, que sirve para limpiar el ojo, además de mantenerlo húmedo y lubricado constantemente; y, los párpados, encargados de proteger los ojos de objetos externos y de los excesos de iluminación. 

¿Qué problemas pueden aparecer en nuestros anejos oculares?

Inflamaciones localizadas en los párpados como el orzuelo o el chalazión, anomalías estéticas y funcionales, como párpados que no cierran o que están malposicionados, dañandose la córnea; dermatocalasia (flacidez de los párpados) o ptosis (caída del párpado superior).

El sistema lagrimal puede tener problemas de secreción, provocando falta de hidratación a la córnea y elementos anteriores del globo ocular y obstrucciones de drenaje, provocando un desagradable lagrimeo continuo.

En la conjuntiva también pueden producirse algunas enfermedades o aparecer algunos problemas, como por ejemplo, la conjuntivitis, que es la patología más habitual y con frecuencia de origen vírico, aunque también existen otros problemas con síntomas muy distintos, como dolor, enrojecimiento, picor, secreción o visión borrosa. 

 

Existen también trastornos de movimiento del ojo, es decir, problemas en los músculos oculares que deben solucionarse. ¿Los más comunes? El estrabismo, un trastorno que provoca que ambos ojos no miren en la misma dirección. Esto puede provocar un ojo gandul o vago por lo que es muy importante su detección y tratamiento precoz, sobretodo en niños.

Estos son algunos de los problemas que pueden aparecer en nuestros anejos oculares. Si cree que necesita un especialista para tratar algunos de estos problemas u otros que le preocupen, no dude en ponerse en manos de nuestros profesionales en AIO.