En un ojo normal las imágenes entran en el ojo y son enfocadas por la córnea y el cristalino en la retina, que actúa como la película de una cámara fotográfica, la cual transmite las imágenes al cerebro. Si estas imágenes se proyectan por delante de la retina, se produce visión borrosa, que es lo que ocurre cuando el ojo tiene miopía.
La miopía es un defecto refractivo con un alto índice de prevalencia en la población. Aunque, es cierto que las estadísticas varían según los estudios y que podemos encontrar diferencias significativas según el grupo que analicemos (raza, nivel cultural…), lo cierto es que aproximadamente el 30.1% de la población adulta sufren en mayor o menor grado dicho defecto, y con evidencias de que el porcentaje crecerá en las próximas décadas.
De todos los defectos refractivos la miopía es, quizás, el más invalidante ya que supone una disminución de la visión lejana incluso con defectos mínimos. Ello ha conllevado que su corrección haya sido motivo de preocupación y estudio desde hace muchos años para numerosos especialistas. El uso de cristales correctores se remonta a los frailes de la edad media, hace años el uso de lentes de contacto revolucionó la corrección de este defecto y más recientemente lo ha hecho la CIRUGÍA REFRACTIVA, que es la cirugía ocular para eliminar la miopía, y no tener esa dependencia permanente de gafas o lentes de contacto.
Diferentes tipos de miopía
Para detectar la miopía es necesario que nuestros profesionales realicen una serie de exámenes oftalmológicos como la evaluación de la agudeza visual, la refracción, la medición de la presión intraocular o el fondo de ojos, entre otros.
Existen dos tipos diferentes de miopía, la miopía simple y la miopía degenerativa. La primera de ellas es la que se presenta en pacientes que tienen menos de 6 dioptrías, por lo que es el tipo más frecuente en la población. La miopía es un problema que suele estabilizarse sobre los 20 años. Por otro lado, la miopía degenerativa es aquella en la que los pacientes tienen más de 6 dioptrías, se puede presentar antes de los 10 años y puede progresar hasta incluso pasados los 30 años. Las lesiones degenerativas en la retina suelen aparecer a partir de los 50 años. Es más frecuente en mujeres y tiene un carácter altamente hereditario. Por ello, es muy importante que estos pacientes acudan a revisiones periódicas para poder hacer un seguimiento y control de su patología.
Cirugía refractiva en Barcelona
Para poder someterse a este procedimiento, son necesarios ciertos requisitos, como ser mayor de edad, llevar años con una graduación estable, tener una buena salud ocular y una graduación adecuada.
El LASIK es el método más frecuente para corregir este defecto refractivo. Utilizando el láser Excimer, que permite que el paciente pueda hacer su vida normal en pocas horas tras la intervención. Esta técnica resulta apropiada para miopías entre 1 y 7 dioptrías con o sin astigmatismo asociado. La técnica LASIK se aplica en las capas más profundas de la córnea. Para poder acceder a ellas se debe levantar una lámina corneal. A continuación, la luz ultravioleta del láser excimer modifica la córnea de forma precisa y homogénea para corregir el defecto refractivo. Finalmente se recoloca la lámina corneal en su posición original sin necesidad de sutura. Esta técnica es la más frecuentemente utilizada para la corrección de los defectos refractivos.
Para pacientes jóvenes, con miopías elevadas, visiones límite o espesores corneales bajos, es preferible la colocación de una lente intraocular fáquica (sin extraer el cristalino) para corregir el defecto refractivo que la utilización del láser excimer. Estas se introducen por una incisión de 3 mm que no es necesario suturar, con lo que se consigue corregir el defecto refractivo sin provocar astigmatismo. Otras ventajas son que se realiza con anestesia tópica (gotas), no requiere ingreso, la duración de la intervención es de unos 5 minutos y no es necesario tapar el ojo después de la cirugía, con lo que la recuperación visual es prácticamente inmediata.
En pacientes mayores de 45-50 años con defectos refractivos elevados y/o presencia de cataratas incipientes, se recomienda la técnica de facoemulsificación. Consiste en la extracción del cristalino y la colocación de una lente intraocular, con la que se obtienen excelentes resultados.
En la actualidad existen lentes intraoculares multifocales que permiten disminuir la dependencia de la corrección óptica para la visión próxima con las que se están obteniendo excelentes resultados.
Si está interesado en someterse una cirugía refractiva en Barcelona, le aconsejamos que visite nuestro centro oftalmológico, para analizar su caso y proporcionarle toda la información necesaria. ¡Le esperamos!