Retina DMAE
La degeneración macular asociada a la edad es una de las primeras causas de pérdida de visión en el mundo. Se trata de una patología irreversible, pero cuyo avance conseguimos frenar mediante un tratamiento basado en punciones.
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¿QUÉ ES LA DMAE?
La degeneración macular asociada a la edad (DMAE) es la primera causa de pérdida de visión del mundo occidental en pacientes de más de cincuenta años. Actualmente, más de 25 millones de personas sufren esta enfermedad en el mundo. Existen muchos subtipos de DMAE, pero básicamente hay dos grandes formas: la húmeda o exudativa, y la seca o atrófica.
DMAE SECA
La DMAE seca constituye el 85 % de todos los casos de degeneración macular asociada a la edad. Su incidencia es mucho mayor y la discapacidad visual que provoca es muy grave pero su evolución, al contrario de la DMAE húmeda, es muy lenta.
¿Cómo afecta la DMAE seca o atrófica?
En este tipo de degeneración macular, la pérdida de agudeza visual es más lenta, lo que proporciona una visión central aparentemente buena. En el caso de la lectura, aunque el paciente puede ver bien cada una de las letras de forma independiente, no puede ver la siguiente ni las anteriores. No es capaz de encadenarlas y, en consecuencia, no puede leer.
¿Cuál es su tratamiento?
En la actualidad no existe tratamiento para la DMAE atrófica, aunque la investigación llevada a cabo en todo el mundo es muy intensa y prometedora.
¿Se puede prevenir?
La DMAE atrófica solo puede prevenirse o ralentizarse a partir de la detección precoz y con tratamiento médico constante. Aunque no hay ninguna manera conocida de prevenir la degeneración macular de forma absoluta, los factores del estilo de vida pueden reducir el riesgo de desarrollar la enfermedad: no fumar, seguir una dieta sana, rica en frutas y verduras y baja en grasa animal, hacer ejercicio de manera regular y mantener un peso saludable.
DMAE HÚMEDA
La DMAE es una enfermedad ocular degenerativa que afecta a la zona de la retina especializada en la visión fina de los detalles y que nos permite leer o distinguir las caras de las personas (la mácula). La DMAE exudativa, también conocida como húmeda o neovascular, es la forma menos frecuente de degeneración macular asociada a la edad (cerca del 15 %), pero es la que tiene una progresión más rápida. Necesita tratamiento inmediato para evitar que se destruya la visión central de forma irreversible en un periodo corto de tiempo (semanas o meses).
Características de la DMAE húmeda
La enfermedad produce hemorragias y derrames dentro de las capas de la retina, principalmente en la zona central: la mácula. Estas hemorragias, provocadas por pequeñas venas anormales (neovasos coroideos) que invaden la retina desde la capa que está por debajo de ella (la coroides), acaban por destruir la arquitectura neural de la mácula y provocan pérdida de visión justo en el centro del campo visual.
Síntomas
Los enfermos de DMAE pierden progresivamente la visión central, lo que conlleva dificultades para realizar tareas de precisión, como conducir, leer o escribir. Los afectados pueden no reconocer la cara de una persona, pero sí caminar sin tropezar y mantener una cierta autonomía. La enfermedad suele empezar en un ojo, aunque acaba afectando a los dos. Por esta razón, es posible que el paciente no se dé cuenta del problema visual, a no ser que, de forma fortuita, se tape el ojo sano y empiece a ver las líneas distorsionadas con el ojo afectado (metamorfopsia).
¿Se puede prevenir?
La DMAE no se puede prevenir. Se ha observado mayor incidencia en fumadores, por lo que llevar una dieta sana, no fumar y someterse a revisiones oculares periódicas a partir de los cincuenta años deberían ser medidas a tomar.
¿Cuál es su tratamiento?
El principal tratamiento para intentar controlar la DMAE húmeda se realiza a partir de la aplicación de fármacos antiangiogénicos, mediante inyecciones intraoculares directamente en la cavidad vítrea. El fármaco actúa bloqueando la molécula que causa el desarrollo y la progresión de las membranas neovasculares en la DMAE húmeda. Este tratamiento consigue detener la enfermedad en tres de cada cuatro casos y mejorarla en uno de cada tres. En casos seleccionados o resistentes, deben intentarse otros tratamientos alternativos, como la fotocoagulación láser, la terapia fotodinámica y, en algunos casos, la combinación con microcirugía vitreorretiniana macular.
MOSCAS VOLANTES O MIODESOPSIAS
Las moscas volantes o miodesopsias se detectan como pequeños puntos en forma de sombras, círculos, líneas o telarañas flotantes que se desplazan por el campo visual. Se perciben, sobre todo, al fijar la mirada sobre una superficie clara, con mucha luz de fondo, como ocurre durante la lectura o al mirar al cielo.
Causas
En la mayoría de los casos, es una consecuencia natural del envejecimiento del vítreo. Con la edad, se produce una deshidratación del líquido que rellena el globo ocular (humor vítreo), formándose unes condensaciones (agregados de fibras de colágeno) que con el paso de luz proyectan su sombra en la retina, percibiéndose como moscas o cuerpos flotantes. También pueden aparecer en pacientes jóvenes miopes, tras sufrir un traumatismo, después de una cirugía de cataratas o por inflamación ocular. Son muy frecuentes y en la mayoría de los casos se consideran una circunstancia normal e inocua, aunque pueden afectar considerablemente la visión y la calidad de vida del paciente. En otras ocasiones puede ser debido a un desprendimiento del vítreo. Esto sucede, cuando el vítreo, por efecto de la edad, se encoge y se separa de la retina. A veces este colapso en el vítreo puede dar lugar a un desgarro en la retina, por ello ante esta circunstancia es urgente acudir al oftalmólogo, de presentarse los síntomas, para prevenir que evolucione a un desprendimiento de retina.
Tratamiento
Actualmente, no existe tratamiento para eliminar los cuerpos flotantes. Sin embargo, se ha demostrado que los complementos alimenticios a base de colágeno, glucosamina y nutrientes naturales pueden retrasar el envejecimiento del vítreo. Se recomienda consultar urgentemente al oftalmólogo si repentinamente: aparece un nuevo cuerpo flotante, percibe destellos de luz, sufre pérdida de visión lateral o central.
DESPRENDIMIENTO DE RETINA
La retina es una membrana muy fina, transparente, constituida por fibras y células nerviosas sensibles a la luz. Recubre por dentro las paredes del globo ocular, del mismo modo que el papel de decorar tapiza las paredes de una habitación. Cuando esta fina capa se desprende de la inmediatamente externa a ella, el epitelio pigmentario, se produce un desprendimiento de retina. El desprendimiento de retina tiene una incidencia de aproximadamente una de cada 15.000 personas y puede presentarse a cualquier edad, siendo más frecuente en pacientes miopes o en aquellos que presentan algún tipo de degeneración o enfermedad en la retina que predisponga a ello.
Causas
Hay tres tipos de mecanismos que pueden ocasionar desprendimiento de retina:
Regmatógenos: es el tipo más común de desprendimiento de retina y lo provoca una rotura de la retina que puede aparecer después del desprendimiento del vítreo.
Traccionales: suele estar asociado a la retinopatía diabética proliferativa.
Exudativos: suelen estar asociados a patologías inflamatorias, vasculares o traumáticas de la retina o de la coroides.
Síntomas
Visión de fotopsias o destellos sobre una zona del campo visual: Suele ser indicativo de una rotura retiniana.
Pérdida de una zona de visión, como una cortina, de una parte del campo visual: Suele ser indicativo de una rotura retiniana de gran tamaño o de un desprendimiento de retina ya establecido.
Pérdida parcial o total de la visión central: Suele ser indicativo de afectación macular por un desprendimiento de retina establecido.
Tratamiento
En primer lugar, ante la sintomatología de destellos se debe establecer si existe un desgarro en la retina. En este punto es posible efectuar un tratamiento con láser que impida que la rotura evolucione a un desprendimiento de retina. Si el desprendimiento de retina está establecido, la única opción suele ser quirúrgica y pasa por reaplicar la retina desprendida a su sitio de origen. Existen diferentes técnicas quirúrgicas para el tratamiento. Después de un exhaustivo examen oftalmológico, procederemos a indicarle cuál es la opción más adecuada para su caso. La restitución de la retina anatómicamente no siempre implica una buena recuperación visual. Cada caso puede tener diferencias que le explicaremos en su caso concreto. En cualquier caso, la inmediatez entre la aparición de síntomas y, el diagnóstico y tratamiento, es fundamental para una mejor recuperación visual.
RETINOPATÍA DIABÉTICA
Es la enfermedad vascular más frecuente de la retina. Se produce por la alteración de los vasos sanguíneos a causa de la descompensación metabólica de la diabetes. Las alteraciones en los niveles de glucosa en sangre producen alteraciones en la pared de los vasos sanguíneos que aumentan su permeabilidad y con ello dejan pasar líquido al espacio extravascular. En estadios más avanzados puede haber oclusión vascular dejando parte de la retina sin irrigación. La progresión de esto llevará a la proliferación de vasos sanguíneos anómalos (produciendo hemorragias) y a proliferación de tejido fibroso en la retina, lo que tiene como consecuencia el deterioro de la visión.
Síntomas
La retinopatía diabética produce, entre otros síntomas, una disminución progresiva de la visión. Es indolora y puede mostrar pocos síntomas al inicio, principalmente visión borrosa y una dificultad para la visión nocturna. A veces, la enfermedad se inicia con una hemorragia intraocular aguda que da lugar a la aparición súbita de manchas que oscurecen parcial o totalmente la visión. Muchas personas con retinopatía diabética inicial no presentan síntomas a pesar de estar desarrollando complicaciones progresivamente. Esta es la razón por la cual toda persona con diabetes debe someterse a exámenes oftalmológicos regulares para prevenir a tiempo las complicaciones de su enfermedad.
Tratamiento
Las formas más tempranas de la retinopatía diabética no proliferativa, no necesitan tratamiento, únicamente precisan controles periódicos de su estado ocular. En los casos en que existe edema macular es necesario aplicar inyecciones intravítreasantiangiogénicas o de corticoides de liberación lenta, o la combinación de ambas, para su control. Otras veces se realizará tratamiento con láser cerca de la zona macular, para reducirlo. Cuando la enfermedad muestre signos de progresión a las formas proliferativas, será precisa la fotocoagulación extensa de áreas sin riego sanguíneo para evitar la progresión a estos estadios de alto riesgo de complicaciones graves. En los casos avanzados, con hemorragia intraocular y/o desprendimiento de retina, es preciso recurrir a técnicas avanzadas de microcirugía intraocular. El láser y las diferentes técnicas de microcirugía son procedimientos muy efectivos en el tratamiento de la retinopatía diabética que nos permiten resolver situaciones muy desesperadas. Sin embargo, lo ideal es una buena prevención y no llegar a complicaciones tan severas.
Prevención
Cualquier persona afecta de diabetes mellitus deberá mantener un control riguroso de su estado general y además deberá también realizar controles oftalmológicos periódicos, aunque no presente síntomas. La prevención y el diagnóstico precoz mejoran considerablemente el pronóstico visual de la enfermedad.
RETINOPATÍA HIPERTENSIVA
¿Qué es la retinopatía hipertensiva?
La retinopatía hipertensiva es el conjunto de alteraciones que ocurren en la retina causada por la hipertensión arterial. Estas alteraciones pueden observarse en el examen del fondo de ojo. La retina se ve alterada por lesiones que son el resultado de la presión arterial alta, aunque otros factores, como la arterioesclerosis o la edad avanzada, influyen en el desarrollo de la retinopatía hipertensiva. El examen oftalmológico de los pacientes hipertensos es crucial, puesto que los cambios que se aprecian en la retina nos permiten estimar la severidad de la patología que existe en otros órganos como consecuencia de la hipertensión y establecer así un pronóstico de la enfermedad.
Síntomas de la Retinopatía hipertensiva crónica
La mayoría de las personas con este tipo de problema permanecen sin síntomas durante mucho tiempo y suelen ser diagnosticadas gracias a los exámenes de fondo de ojo. Se observa una reducción del grosor y un trayecto tortuoso de los vasos sanguíneos, cruces arterio-venoso patológicos y dilataciones saculares en la pared de los vasos. Además, este tipo de hipertensión, hace aumentar el riesgo de sufrir oclusiones vasculares, pudiendo afectar gravemente la visión. En pacientes con hipertensión arterial de larga evolución, puede aparecer visión borrosa o disminución de la agudeza visual y en aquellos casos asociados a otras enfermedades, como diabetes o arteriosclerosis, puede haber una importante pérdida de visión. Retinopatía hipertensiva aguda También conocida como hipertensión maligna. Este tipo de retinopatía se produce especialmente en pacientes con hipertensión arterial asociada con enfermedades tales como la eclampsia, feocromocitoma, etc. En estos casos la afectación ocular puede ser más grave. Se produce en situaciones donde el aumento de la presión arterial es brusco. Se caracteriza por visión borrosa, que generalmente es transitoria y se normalizará al restaurarse los valores normales de la presión y puede ir acompañada de dolor de cabeza. En el fondo del ojo se observa una disminución generalizada en el calibre de los vasos. En los casos más severos puede haber sangrado, edema y exudados. En los casos más graves de retinopatía hipertensiva, se puede afectar también la coroides (capa que rodea a la retina) resultando una coroidopatía hipertensiva, y, al nervio óptico dando lugar a un papiledema, que es la acumulación de líquido en la sección inicial del nervio óptico (papila óptica). Ambos son claros signos de hipertensión y pueden acompañarse de alteraciones significativas de la visión.
Factores de riesgo de la retinopatía hipertensiva
Los factores son: el mal control de la presión arterial, la diabetes mellitus, el tabaco, el embarazo y los niveles altos de colesterol y triglicéridos. También es un riesgo tener más de 50 años y la existencia de varios factores genéticos.
Tratamiento
No hay ningún tratamiento específico para la retinopatía hipertensiva. El tratamiento consiste en controlar adecuadamente la presión arterial. En el caso de retinopatía aguda hipertensiva nos enfrentamos a una situación de emergencia, el tratamiento es hospitalario y va orientado a un control exhaustivo de la presión arterial con tratamientos específicos.
EDEMA MACULAR
¿Qué es el edema macular?
El edema macular es la inflamación y el acúmulo de líquido en la mácula, la parte del ojo responsable de la visión central, la visión fina de los detalles (la que nos permite leer o reconocer caras), y se produce cuando los vasos sanguíneos de la retina tienen escapes de fluido. El edema macular más frecuente es el asociado a la retinopatía diabética, aunque son muchas las patologías retinianas que lo pueden ocasionar, como por ejemplo las oclusiones venosas o en el postoperatorio de la cirugía de catarata.
Principales causas
La principal causa de la aparición del edema macular está asociada a la diabetes. Esta enfermedad hace que los vasos sanguíneos de la retina pierdan líquidos, entre ellos pequeñas cantidades de sangre, y, ocasionalmente, fugas de depósitos de grasa, lo que provoca que la mácula se inflame.
Síntomas
El edema macular suele ser indoloro y puede mostrar pocos síntomas al inicio, principalmente visión borrosa.
Tratamiento
Existen múltiples opciones de tratamiento que se aplicarán en función de la gravedad de cada caso.
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